Al contrario que en el libro de
Tomasello en el que se explican los principios de la cooperación humana, Why we
cooperate?, Dawkins trabaja el origen biológico del egoísmo. En la introducción
a su libro nos advierte de que es un tratado biológico, no filosófico ni moral,
pero que si alguien quiere extraerle algún indicador sobre la ética humana, ese
indicador debería de ser que si no trabajamos la cooperación y el altruismo mediante
la educación nuestro organismo se comportará de forma egoísta. Bajo una
sociedad que ha perdido tantos valores, cuyos líderes son unos hipócritas
irresponsables cuyo único dios es el dinero y el poder nos encontramos con una
educación ineficiente, por no decir inexistente. No educamos para que la gente
sea buena y se trate bien, educamos para ser los primeros para conseguir lo mío
y pisar al que te puede quitar tu trofeo.
Así es como en esta sociedad te
encuentras, cada vez con más frecuencia, con personas como nuestra casera, una
persona ingrata y egoísta. Ella se llama Ana María, y pongo su nombre porque a
la gente ingrata hay que ponerles nombre y apellidos para que la gente sepa con
quién está tratando. Mi pareja está embarazada de 29 semanas, llevamos 5 años
en esta casa pagando puntualmente y sin haber dado ningún problema. Hace un par
de meses informamos de que íbamos a dejar la casa en julio o agosto, para que
tuviese tiempo de encontrar a otra inquilina. Cuando ya teníamos el nuevo piso
apalabrado al inquilino de esa vivienda, una persona mayor, le dio un derrame
en la aorta y estuvo a punto de morirse. Consecuentemente no pudo hacer la
mudanza ni nosotros cambiarnos al piso. Bajo esas circunstancias y explicándole
a la casera que el señor iba mejorando y que el piso estaría listo para
septiembre le pedimos un mes más, por supuesto pagándolo. A lo cual nos
contestó que es que ya tenía una inquilina para agosto. Ante esa respuesta decidimos
hablar con la futura inquilina la cual nos dijo que entendía nuestra
circunstancia y que no tenía ningún problema en buscarse otro piso. Volvimos
pedirle la prórroga a la casera indicándole que la otra persona no se iba a
quedar en la calle y que, bueno, nosotros estábamos embarazados de 7 meses y no
teníamos donde caernos muertos. Pero eso no importa, ella ya tenía una
inquilina pensada y se quitaba el problema de tener que buscar a alguien en
septiembre.
Como diría la hija de Fabra “que
se jodán”. ¿Qué importa dejar en la calle a una pareja embarazada si yo puedo
volver 10 días más tarde de mis vacaciones en septiembre?
La vida es así, mucha gente es
así, y lo que sientes es lástima y rabia. Lástima porque la especie humana no
ha sabido desarrollarse, a pesar de tener esas maravillosas capacidades
metacognitivas que tenemos. Rabia porque no se respeta ya ni lo más básico, a
un recién nacido. Sólo espero que esta señora un día se de cuenta de su error y
que en lugar de disculparse intente hacerle la vida un poco más fácil a la
gente que tenga a su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario