sábado, 28 de enero de 2012

Sharpe: Bernard Cornwell



STEADY LADS!

STEADY!
Hold fire, hold fire until command.

Steady!
Sargent, FIRE!
FIRE!

Horizontes llenos de humo, sol ardiente sobre las cabezas cansadas cuyos ojos agrietados de tanto observar el campo de batalla se entrecierran enrojecidos. En el fondo la lejana colina por donde aparecerá el ejército enemigo. Hombro con hombro, silenciosos aguardan aquellos soldados, de los cuales muchos estarán al alba muertos y comidos por los buitres. Las casacas abotonadas, las botas pulidas, los rifles preparados para entrar en acción, al frente su capitán: Richard Sharpe.  
Sharpe, el hombre al que su valor le concedió el rango al que sólo aspiraban los ricos y los nobles, el hombre que aprendió a luchar en la más profunda cloaca y acabó derrotando al mismísimo Napoleón. Desde Flandes a España y Portugal, pasando por la India y luchando como un bravo en la batalla de Trafalgar. Sharpe, el hombre del General Wellington.

Estar sólo en la batalla, esperando la carga de la infantería francesa. Saber que todo en esa guerra es esperar, aguantar y disparar. Si tu unidad aguanta y recarga lo suficientemente rápido como para disparar 5 rondas, entonces la victoria es tuya. Pero si vacilas un solo segundo, si tus hombres dudan, entonces todos acabaréis muertos.
Pero lo peor viene cuando es algún ricachón de Londres que quiere ganar gloria y fama en la batalla quien, con su dinero, compra el cargo de comandante o general y dirige tu ejército. Acunados nobles sin cultura militar, sin estrategia, sin valor.  Cobardes y engreídos ricachones que sólo saben azotar a los soldados para sentirse superiores. Y Sharpe sabe que “flagged soldiers just know how to run”. Cuántos buenos hombres murieron por estos oficiales asesinos. Cuántas batallas se perdieron por tener que obedecer a quien no sabe luchar por sí mismo. Cuántos soldados tuvieron que acatar una orden estúpida sabiendo que era su sentencia de muerte.
Pero no todo en esta vida está fijado con una lanza al corazón del soldado, pues también era durante estas guerras en los que los soldados vivían su vida,  pues duraban largos y numerosos años. Allí también había amor, exotismo, pasión, lujuria, amistad e incluso familias que les seguía por los caminos tortuosos. “The needle”, Teresa, la más valiente mujer del ejército partisano, hiriente como una aguja, comandante Teresa. Y qué decir de la amistad, del Sargento Harper, el irlandés más irlandés que ha parido madre. Y los “Chosen ones”, todos ellos leales compañeros que se dejaron su último aliento junto a sus amigos.
Bajo ningún concepto me gustaría estar en una guerra, no quisiera vivir en esas épocas, pero leerlas, leerlas sí. La gloria, el heroísmo, la aventura, la agonía, la desesperación que acaba en triunfo. Aunque la historia humana sea triste, aunque las muertes sean las damas de honor de la guerra, aunque desaparezcan los seres queridos entre las páginas amarillentas de los libros, aunque el sufrimiento y el dolor se marque en cada una de las letras, aún así me gusta leer estas historias bélicas. Vivirlas y ser por unos momentos Sharpe, el hombre que se apoderó del “Águila” de Napoleón.  



domingo, 22 de enero de 2012

Once Upon a Time



Un día cualquiera, la verdad es que no consigo recordad si era lunes, martes, miércoles, la verdad ni idea, me levanté sin más, como todos los otros días. Pero no era así, algo en mi interior me hacía sentir diferente. ¿El qué podría ser?, quedaba fuera de mi raciocinio. De hecho, lo único que yo notaba es que estaba un poco diferente: ni mejor ni peor, diferente. Me miré en el espejo y ahí estaban mis dos ojos, mi nariz y mi boca, todo correcto. Mis pies también parecían estar donde tenían que estar, dentro de sus zapatillas peludas. Brazos, correctos. La barriga ni más ni menos hinchada que el día anterior. En realidad yo podía decir que era yo, aunque no me sentía el mismo yo que ayer. Tampoco es que haya sido nunca un hombre que me haya dado por pensar mucho, negarlo sería una tontería. Así que me tomé mi café, que me supo un poco diferente, arranqué mi coche y me piré a trabajar porque con la tontería llegaba ya un cuarto de hora tarde. Puse la radio en la frecuencia de todos los días, eso sí, la voz que salía tenía un eco… apagué la radio. Entonces lo oí: Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Dong…; las ocho. El reloj de la iglesia, por primera vez en 33 años, había sonado. ¿Sería fruto de las últimas elecciones municipales? Mira que me extrañaba.

Sin darme mucha cuenta fui decelerando mi destartalado Chevrolet (coche que me había comprado únicamente por cómo sonaba su nombre) hasta detenerme. De repente, un impulso en la pierna derecha, otro en la mano, y sin saber cómo había abierto la puerta y me precipitaba hacía el asfalto. Mis pies iban solos, y os puedo asegurar que eso sí que era raro. Afortunadamente mi cuerpo seguía pegado por la cintura, de forma que pude seguirles. En mi deambular caótico que me dirige hacía la torre del reloj me doy cuenta de que no voy solo. Mis ojos se giran para mirar fijamente a un hermoso “Pepito grillo” vestido de Tweed. No puede ser, parpadeo numerosas veces, pero no hay cambio, es una certeza, ni mota ni alucinación, es Pepito Grillo. El susodicho me mira sonriente y eleva su paraguas en señal de saludo. Mi cara, totalmente desbordada de sorpresa no consigue devolver el saludo. Mis piernas, que me habían concedido este sorprendente receso vuelven a la carga y me presionan hacía el reloj. Y entonces sí, sí que los veo. ¡A todos ellos: Caperucita (que buena que está la moza), Cenicienta, Geppetto, el Hada Madrina!!!

¡Dios! ¡Flipo! Estoy completamente seguro de que esta transmutación, esta metempsicosis de cuento no se debe en absoluto a las elecciones municipales. ¿Qué diablos ha pasado?
Y PLUFFF, fue en ese preciso momento cuando me convertí en calabaza.

sábado, 14 de enero de 2012

I Want it All: Queen




I WANT IT ALL

Adventure seeker
on an empty street,
just an alley creeper, light on his feet.
A young fighter screaming, with no time for doubt
with the pain and anger can’t see a way out.
"It ain’t much I’m asking", I heard him say,
gotta find me a future move out of my way.
I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.

I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.

Listen all you people, come gather round,
I gotta get me a game plan, gotta shake you to the ground.
Just give me what I know is mine,
people do you hear me, just give me the sign.
It ain’t much I’m asking, if you want the truth,
heres to the future for the dreams of youth.
"It ain’t much I’m asking", I heard him say,
gotta find me a future move out of my way.
I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.

I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.

Im a man with a one track mind,
so much to do in one life time (People do you hear me)
Not a man for compromise and where’s and why’s and living lies,
So I’m living it all, yes I’m living it all,
and I’m giving it all, and I’m giving it all.
"It ain’t much I’m asking", I heard him say,
gotta find me a future move out of my way.
I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.

I want it all, I want it all, I want it all, and I want it now.


Aventureros en las calles gritando libertad. No pedimos lo imposible, sólo lo que sabemos que es nuestro: el futuro. Y lo queremos ya. Somos millones, millones de jóvenes pidiendo justicia, libertad, pidiendo acción y que nuestros sueños de juventud se puedan cumplir. No queremos seguir siendo luchadores callejeros que andan de puntillas por las calles sombrías, no queremos estar hundidos bajo la presión de gobiernos corruptos que no saben lo que es caminar. Queremos que nos dejéis decidir y lo queremos ya.

Todos esos senescales grasientos y barrigones, todos esos politicuchos llenos de agravios cometidos, todos esos banqueros sin alma, muñecos de paja enmohecida, se os ha acabado el tiempo. Hemos venido a por vosotros y hemos llegado ya. El 15 M, la primavera Árabe, las revoluciones ciudadanas son sólo el principio. La nueva hegemonía no la va a tener China, ni EEUU, ni el FMI, ni Moodys, no la va a tener la gente, la gente que unida va a salir a las calles a reclamar lo que es suyo. Cientos de miles de almas en cada calle reclamando a voz en grito ese I want it all and I want it now con la fuerza de 10.000 voces de Freddie Mercury.

Uno sólo en la calle, está escondido, está asustado y está vendido. Pero si ese uno se coge de la mano de un amigo, y ese amigo de otro y de otro y de otro. Y los diferentes grupos nos vamos haciendo uno, entonces no nos podrán parar, nos escucharán porque si no seremos nosotros los que dejaremos de escucharles a ellos. Hay demasiado que hacer para una sólo vida, pero dejaremos nuestro legado para un mundo más justo en el que los nacidos no tengan que esconderse en los oscuros callejones mendigando libertad.

Queremos trabajar, y queremos hacerlo dignamente, queremos poder cobijarnos y queremos que esas casas no nos amarguen la felicidad, queremos poder respirar aire y que ese aire no sea nocivo, queremos caminar entre bosques, navegar en mares sin plomo, poder sentarnos con los amigos y mirarles a la cara, poder coger sus manos, queremos poder tomar decisiones compartidas y que ningún engreído abuse del poder que nadie sabe cómo ha conseguido. Queremos poder gritar y que nadie nos calle, queremos no tener que evadirnos en el alcohol y la noche del fin de semana, queremos no llegar a casa angustiados y con sensación de fracaso, de que nuestra vida no vale nada. Somos jóvenes, somos válidos, sabemos mucho sobre el mundo y queremos cambiarlo. No es justo que la gente preparada tenga que hacer cola en el paro en lugar de ponerse su bata y entrar como un obseso en el laboratorio con la pipeta en la mano, no es justo que una persona tenga que trabajar 12 horas al día para llevar un jornal mientras unos frescos se atiborran a dinero con pensiones millonarias y corruptas, no es justo que nos pidan estar orgullosos de una democracia a la que le falta levadura y horneamiento, no es justo que nos aparten de todo aquello que afecta a nuestra vida. Y como no es justo no lo vamos a permitir. Lo repito, atentos gordos banqueros y políticos corruptos, porque vamos a por vosotros. Iremos desde las calles a las que nos echasteis, pero esta vez no iremos de puntillas, no iremos con la cabeza baja, no iremos en silencio.

Este es el inicio, la marea verde, la marea blanca, el 15 M, la primavera árabe… aún tenéis el poder y creéis que no podemos quitároslo. Pero vamos a por vosotros. Como diría Paul Moabdib en el Dune de Frank Herbert rodeado de miles de Freemen: ¡Emperador! ¡Vamos a por ti! vamos a por ti.

domingo, 8 de enero de 2012

Justine o los infortunios de la virtud – El Marqués de Sade


A decir verdad hasta ahora nunca había escrito sobre un libro que no me hubiera acabado de leer, pero ha llegado el momento. Cuando lees Justine te entran ganas de contarlo, de divulgarlo, de hablar sobre él y ver qué es lo que piensa el resto de la gente. Ante todo es un libro que no deja indiferente. Algunas de las personas con las que he hablado lo consideran como una crítica realista que debemos escuchar y casi seguir al píe de la letra, otros como una sátira, como una broma o como una blasfemia. Lo que está claro es que es un libro muy pensado, lleno de argumentos irreprochables que de seguirlos acabaríamos nuestros días tan mal como los vividos por el Marqués.

¿Cómo es verdaderamente nuestra sociedad? ¿Es ese tipo de sociedad puritana y virtuosa que premiaría a Justine y castigaría a Julieta? ¿Ese tipo de sociedad capaz de tener a un tipo tan especial como el Marqués de Sade enjaulado durante toda su vida por unas supuestas relaciones extraconyugales, lascivas y depravadas? ¿Es, por el contrario, una sociedad libertina y descarriada que premia a los que asesinan, oprimen y se aprovechan de los demás con el único objetivo de medrar ellos mismos? Es difícil de decir. Creo que el Marqués escribió sobre una sociedad corrupta que a nuestros ojos actuales parece casi puritana dado el desequilibrio de poder que existe ahora, diferente y puede que mayor que el anterior. 

El libro de “Justine o los Infortunios de la Virtud” es completamente actual. Julieta ganó y Julieta gana. Justine no tiene nada que hacer en este mundo más que sufrir. El mundo es egoísta, y cuando digo mundo digo los humanos. No todos, por supuesto, pero la mayoría.

De aquellos que no pueden ser definidos como egoístas, la mayor parte, entran dentro de la definición de colectivistas, que a términos globales viene a ser casi lo mismo. Hace ya treinta años un psicólogo social definió los cuatro motivos que llevan a la gente a actuar a favor de la sociedad. Los cuatros motivos son: egoísmo, colectivismo, altruismo y basado en principio (principalism). Todos, en la mayoría de las situaciones manifestamos un combinado de estos motivos, aunque alguno de ellos predomina sobre los otros. Además, en términos generales, a través de las diferentes situaciones y momentos, cada persona tendemos a basarnos más en uno de ellos que en los otros. Ahora os dejo que completéis vosotros el motivo por el que la mayoría de la gente actúa la mayor parte de las veces.

Justine del Marqués de Sade no es una guía, no es una broma, no es una crítica sin más, es una sátira en la que se ríe de cómo hemos podido generar una sociedad así y encima creer que es virtuosa. Demuestra claramente la arbitrariedad de nuestros juicios, la mayor parte de ellos basados en creencias infundadas, así como los dobleces de nuestras acciones, los intereses ocultos. Es un verdadero hijo de la ilustración que muestra en su teatrillo de humanos la vida cotidiana: llena de avaricias, envidias, enfados, celos, irracionalidades, fanatismos… En fin, esas cosas que hacemos todos la mayoría de nuestros días, sólo que el no se limita a señalarlas, sino que las acentúa y las lleva al extremo. Si le quitas los “ismos” a este libro te queda la sociedad tal cual. El Marqués de Sade no es un pornógrafo incitador sino un sociólogo y de los buenos.


¿Por qué tengo esta visión? Aunque tengo muy buena gente a mi alrededor que no tienen nada que ver con todo lo que he dicho antes, de hecho se parecen más a Justine que a otro arquetipo de persona, también me he encontrado con mucha gente, cercana y lejana, que en plena época de crisis está obsesionada con su “yo”. Pensamiento normal, por otra parte, lo de las mujeres y los niños primero sólo si hay hueco para todos y no hay excesiva prisa. Pero, no sé, últimamente espero más de la gente y ese poquito más sólo lo encuentro en mis padres, hermano, María y los cuatro o cinco mejores amigos que tengo, aquellos que comparten mi forma de ver el mundo. Estamos en crisis, pero no sólo económica, desde hace años estamos perdidos en una crisis de valores y creencias. Debemos pensar en el nosotros y no sólo en el yo. Debemos aprender de las enseñanzas del Marqués y alejarnos de la sociedad que él describe y de la que nos advierte. Debemos basar nuestras acciones y juicios más en los tres últimos motivos que en el primero, ser solidarios, pensar globalmente…, en fin todas esas frasecillas fáciles que parecen ser sólo aforismos. ¿Por qué? Porque si no lo hacemos acabaremos violando a Justine doscientas veces por todos los templos de las ofrendas, acusándola de robo y asesinato, maltratándola y lanzándoles los perros para que la destrocen. Seremos mucho peor que la perversa mente del Marqués de Sade. Seremos, sin lugar a dudas, los hijos del Sadismo.



domingo, 1 de enero de 2012

Tríodo


I

Levantó la cabeza confundida ante tamaño ajetreo, ni siquiera era época de rebajas, pero parecía que todas se habían vuelto locas. Desesperada miró varias veces a los lados y decidió dejar los Reyes para otro día. Mientras abandonaba el rastro de ácido fórmico maldijo el día en el que decidieron copiar esa estúpida tradición humana.

II

Estúpida tradición humana: esconderse mientras haces tus deposiciones. ¿Quién fue el primero que siendo mono decidió meterse entre los matorrales? ¿Y el segundo que optó por copiarle? Ahora todos condenados a tener pestillos en los baños individuales. Si Berlanga estuviera vivo…

III

Si Berlanga estuviera vivo yo estaría de acuerdo, pero siendo que no… Yo me opongo, aunque sea el único que mantenga esta posición discordante”. Lo dije convencido, con fuerza, pero la espesa mirada de todas aquellas almas empezó a debilitar mi coraje. Dudé, pero me parecía un desperdicio no proponerle dirigir película estando con nosotros en el Más Acá…