jueves, 6 de diciembre de 2012

Twelve: Jasper Kent


Hace ya algún tiempo le comenté a un amigo que me acababa de leer un libro sobre cosacos y que había empezado con Drácula. Este amigo, que es muy leído, lo que significa que ha leído muchas cosas buenas y otras tantas… no tan buenas, me dijo que podía recomendarme un libro que trataba justamente sobre Napoleón y los vampiros. Nos reímos del hecho de que a alguien se le hubiese ocurrido la idea de explicar la derrota napoleónica durante el invierno ruso a través de una plaga de vampiros acechantes.

Meses después, por casualidades de la vida, este amigo encontró el libro en la antigua biblioteca de casa de sus padres. No tuvo más remedio que reclutármelo y dármelo para el servicio, eso sí, indicando claramente que podía no leérmelo. Me lo leí.

El argumento es fantástico. Unos espías rusos contratan a unos tipos muy raros para debilitar a la Grande Armée. Resulta que estos tipos no piden dinero ni nada y son brutales, vamos que se meten a saco en un campamento y lo destrozan. Para colmo, dado que son doce, decide el autor nombrarlos con los nombres de los doce apóstoles  Pues claro, al final resultan que eran vampiros. Y ahí queda, una novela sobre vampiros en la época napoleónica, en la que se entremezclan algunas famosas batallas. Pero no, dado que la única gracia que tiene el libro es lo de lo sobrenatural, resulta que al final del libro (ojo spoiler) el malo-maloso no es vampiro!!!

Es todo una metáfora profundísima sobre la naturaleza humana. Pero no queda ahí la cosa, el tipo amenazó con más y ha escrito una quintalogía sobre el personaje anodino Alexandre Alexei, el cual pelea contra vampiros, hombres lobo, Rasputín… creo que no se enfrenta a ningún testigo de jeová.
En fin  que lo mejor del libro no es su redacción, los errores gramaticales no pueden achacársele al traductor porque me lo leí en inglés; no es su trepidante trama, la cual estás a punto de abandonar en diferentes puntos; tampoco la profundidad de sus personajes, que no son planos, sino puntuales, es la crítica de la contraportada: “The progeny of Tolstoy or Pasternak, with a Stokerian twist… bloodily fantastic”.



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