martes, 14 de febrero de 2012

Propopias: Aventuras en el más allá

Los dedos tappeaban por la cubierta de cuero del libro. Luego se paraban. Rascaban suavemente los ajados relieves y volvían a tu tappeteo. Había que tomar una decisión. Pararon. Tappeteo. Parada. Lo o le volví a mirar atónito. Pero sí, allí estaba. ¿Cómo no iba a estar si llevaba veinte minutos hablando con él?. Fue en ese momento cuando tomé la decisión y acepté el ofrecimiento, aunque aún no lo sabía. Recuerdo como la figurilla de tinta sonrió en la oscuridad de su cara, como si hubiese elegido la opción incorrecta. Luego, con su voz de páginas añejas dijo: "Has elegido bien". Le volví a mirar. Una figura de 35 centímetros compuesta enteramente de tinta, casi parecía un muñeco o una sombra, sólo que se movía y hablaba.

Siempre había querido vivir una de esas emocionantes aventuras, pero esto podía ser demasiado. ¿No era demasiado alto el precio que tenía que pagar? ¿Cambiar mi vida por la suya? 
La verdad es que mi vida era tremendamente anodina. Ya no me importaba casi nada y llevaba años viviendo solo. Pero dejar de vivir... o sería vivir otra vida. El muñeco de tinta me miraba ávido con sus ojos plenos de pupila. Comencé de nuevo con el tappeteo. El libro parecía apasionante. Uno de esos libros viejos con páginas crujientes y amarillentas que te llaman. 
La figura tinturesca se empezó a impacientar y me acercó el contrato con bastante brusquedad. "No le des más vueltas, con la vida que tienes...", me dijo. Lo acercó un poco más. "Piensa en la gloria, en las mujeres, en la amistad más allá de la muerte". Mis ojos comenzaron a mirar al vacío y él supo que había ganado.

Cogí la pluma y firmé. Una punzada hiriente me laceró las venas de la muñeca y mi sangre apareció en la punta de la pluma. Y la pluma comenzó a escribir en la primera página. Mis dedos ya no tappeteaban, no acariciaban ni rascaban. Mis dedos estaban cada vez más inertes, al igual que el resto de mi figura que iba desapareciendo al quedarse sin sangre. Con el último reojo pude apreciar como la figura de tinta se incorporaba en una preciosa joven. 


Hoy estamos aquí con la preciosa joven Carla Grunding, escritora de éxito que presenta hoy su apasionantes tercera de "Aventuras en el más allá". Dígame, Carla, ¿cómo ha conseguido escribir en tan poco tiempo estos auténticos best-sellers? 


2 comentarios:

Borja dijo...

Esta semana te has hecho de rogar ;) Qué guapo!! El remate del relato con la presentación es perfecto!! Muy original y buena la historia :)

María Luna dijo...

Una posesión en toda regla jejeje Por cierto, he visto muy claramente al hombrecillo de tinta ¡mola!