viernes, 17 de febrero de 2012

Propopías: La cabeza del elefante

No suelo escribir los viernes, pero tras la noticia de ayer, la matanza de 200 elefantes para cambiar colmillos por dinero, me sale un noséqué...


Un día, un elefante cabezón, como lo son todos, la verdad, miraba tranquilo su amada tierra. Miraba con esos ojos viejos y llenos de historias, de caminos y olores, de recuerdos, casi uno podría decir que de la memoria genética de su especie. Y allí estaba, de píe, al sol, tranquilo, disfrutando de la nada. Junto a él estaban sus jóvenes crías, con esa cara de cachorro que no pueden contener. ¿Cómo algo tan grande puede parecer tan pequeño? La verdad es que no lo sé, pero ahí estaban, juguetones topeteandose con su madre que miraba contenta el vacío. Un poco más allá estaba el resto de la manada y la matriarca. También relajados, plácidos, unos tomando el sol, otros revolcándose en el barro y en el polvo, otros arrancando algunas ramas de una Acacia solitaria, otros sencillamente dormitando. 

De repente todos se pusieron en alerta. erguidos, reunidos en torno a sus madres. Estaban en alerta, pero no asustados. Los elefantes no se asustan de nada, de nada salvo del demonio blanco o negro. Así que no sería tan grave. Y no lo era en absoluto. Allí a lo lejos aparecía la impresionante silueta de Dionsios, el macho más majestuoso que había conocido la manada. Dionisios, tras meses perdido en la sabana volvía a aparecer con claras intenciones de aparearse y traer al mundo a otro magnífico descendiente de su estirpe. 



¿Cómo habría podido sobrevivir? Muy sencillo, los guardas le habían cortado los colmillos para que pudiese seguir viviendo.



1 comentario:

María Luna dijo...

Todo lo que nos importa está en este pequeño planeta del infinito universo. Imaginando un escenario de ciencia ficción en el que un ser humano se hallar lejos de la Tierra ¿no le asaltarían lágrimas de emoción si encontrara incluso un ratón, un escarabajo, cualquier animal? Allí reconocería que todos somos hermanos, que nos separa muy poco. ¿Cómo podemos pensar aquí en la Tierra que la vida de los animales está al servicio de los humanos? Sé que las matanzas de elefantes las perpetran mafias, personas corroídas por la necesidad, por la presión, por la ambición...sé por qué no sienten a los animales como hermanos. Pero eso se lo explica mi mente racional. El resto de mi ser no lo entenderá nunca.