domingo, 8 de enero de 2012

Justine o los infortunios de la virtud – El Marqués de Sade


A decir verdad hasta ahora nunca había escrito sobre un libro que no me hubiera acabado de leer, pero ha llegado el momento. Cuando lees Justine te entran ganas de contarlo, de divulgarlo, de hablar sobre él y ver qué es lo que piensa el resto de la gente. Ante todo es un libro que no deja indiferente. Algunas de las personas con las que he hablado lo consideran como una crítica realista que debemos escuchar y casi seguir al píe de la letra, otros como una sátira, como una broma o como una blasfemia. Lo que está claro es que es un libro muy pensado, lleno de argumentos irreprochables que de seguirlos acabaríamos nuestros días tan mal como los vividos por el Marqués.

¿Cómo es verdaderamente nuestra sociedad? ¿Es ese tipo de sociedad puritana y virtuosa que premiaría a Justine y castigaría a Julieta? ¿Ese tipo de sociedad capaz de tener a un tipo tan especial como el Marqués de Sade enjaulado durante toda su vida por unas supuestas relaciones extraconyugales, lascivas y depravadas? ¿Es, por el contrario, una sociedad libertina y descarriada que premia a los que asesinan, oprimen y se aprovechan de los demás con el único objetivo de medrar ellos mismos? Es difícil de decir. Creo que el Marqués escribió sobre una sociedad corrupta que a nuestros ojos actuales parece casi puritana dado el desequilibrio de poder que existe ahora, diferente y puede que mayor que el anterior. 

El libro de “Justine o los Infortunios de la Virtud” es completamente actual. Julieta ganó y Julieta gana. Justine no tiene nada que hacer en este mundo más que sufrir. El mundo es egoísta, y cuando digo mundo digo los humanos. No todos, por supuesto, pero la mayoría.

De aquellos que no pueden ser definidos como egoístas, la mayor parte, entran dentro de la definición de colectivistas, que a términos globales viene a ser casi lo mismo. Hace ya treinta años un psicólogo social definió los cuatro motivos que llevan a la gente a actuar a favor de la sociedad. Los cuatros motivos son: egoísmo, colectivismo, altruismo y basado en principio (principalism). Todos, en la mayoría de las situaciones manifestamos un combinado de estos motivos, aunque alguno de ellos predomina sobre los otros. Además, en términos generales, a través de las diferentes situaciones y momentos, cada persona tendemos a basarnos más en uno de ellos que en los otros. Ahora os dejo que completéis vosotros el motivo por el que la mayoría de la gente actúa la mayor parte de las veces.

Justine del Marqués de Sade no es una guía, no es una broma, no es una crítica sin más, es una sátira en la que se ríe de cómo hemos podido generar una sociedad así y encima creer que es virtuosa. Demuestra claramente la arbitrariedad de nuestros juicios, la mayor parte de ellos basados en creencias infundadas, así como los dobleces de nuestras acciones, los intereses ocultos. Es un verdadero hijo de la ilustración que muestra en su teatrillo de humanos la vida cotidiana: llena de avaricias, envidias, enfados, celos, irracionalidades, fanatismos… En fin, esas cosas que hacemos todos la mayoría de nuestros días, sólo que el no se limita a señalarlas, sino que las acentúa y las lleva al extremo. Si le quitas los “ismos” a este libro te queda la sociedad tal cual. El Marqués de Sade no es un pornógrafo incitador sino un sociólogo y de los buenos.


¿Por qué tengo esta visión? Aunque tengo muy buena gente a mi alrededor que no tienen nada que ver con todo lo que he dicho antes, de hecho se parecen más a Justine que a otro arquetipo de persona, también me he encontrado con mucha gente, cercana y lejana, que en plena época de crisis está obsesionada con su “yo”. Pensamiento normal, por otra parte, lo de las mujeres y los niños primero sólo si hay hueco para todos y no hay excesiva prisa. Pero, no sé, últimamente espero más de la gente y ese poquito más sólo lo encuentro en mis padres, hermano, María y los cuatro o cinco mejores amigos que tengo, aquellos que comparten mi forma de ver el mundo. Estamos en crisis, pero no sólo económica, desde hace años estamos perdidos en una crisis de valores y creencias. Debemos pensar en el nosotros y no sólo en el yo. Debemos aprender de las enseñanzas del Marqués y alejarnos de la sociedad que él describe y de la que nos advierte. Debemos basar nuestras acciones y juicios más en los tres últimos motivos que en el primero, ser solidarios, pensar globalmente…, en fin todas esas frasecillas fáciles que parecen ser sólo aforismos. ¿Por qué? Porque si no lo hacemos acabaremos violando a Justine doscientas veces por todos los templos de las ofrendas, acusándola de robo y asesinato, maltratándola y lanzándoles los perros para que la destrocen. Seremos mucho peor que la perversa mente del Marqués de Sade. Seremos, sin lugar a dudas, los hijos del Sadismo.



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