“Hermano de un príncipe y compañero de un mendigo ha de ser para ser digno”
Esta es una de esas aventuras que
te transportan más allá de tus mundanas fronteras del día a día, una de las que
te hacen ponerte un turbante en la cabeza y creerte el Gran Alejandro en mitad
de un reino enterrado en el olvido. Peachey Taliaferro Carnehan y Daniel
Dravot, ex-oficiales del real ejercito de su majestad, olvidados en las lejanas
tierras en busca de cualquier aventura y beneficio. Dos hombres y varias mulas
cargadas de rifles que se disponen a cruzar en el peor de los momentos una
montaña imposible, el imposible que les separa de los sueños. Aquello que sería
ya de por sí una aventura increíble es no más que el inicio de lo que más
adelante será la verdadera historia de “El hombre que pudo reinar”. Y es
interesante que la traducción haya sido realizada con la estructura de “el que
pudo”, es interesante porque deja en claroscuro sobre si tuvo el poder de
reinar o fue sólo una tentativa nula. En realidad lo que sí que hizo Daniel
Dravot fue reinar sobre su propia vida y su decisión.

Siempre se dice que detrás de una
gran guerra hay una pérfida mujer o una ignota doncella que desencadena el
conflicto, como si ella fuese la causante, la mala. Supongo que es una
explicación creada por los hombres que tenían el poder con el fin de justificar
sus bárbaros actos y quedar exculpados de toda responsabilidad. Pero la verdad
es que lo que hay detrás de toda gran guerra es una obsesión: por un hombre,
por una mujer, por un cacho de tierra o por la gloria. En este caso, Kipling
hace pendular la historia en perfecta armonía entre las tres fuerzas: la
voluntad, el misticismo y la pulsión obsesiva del amor.
Pero si esos tres elementos son
el esqueleto de la historia, la sangre que borbotea, el corazón que palpita es
la amistad, la amistad indestructible entre Daniel Dravot y Peachy Carnehan.
Amistad que dura más que la propia muerte.
Esta es una historia que me ha
fascinado siempre, primero a través del a fantástica película interpretada por
Sean Connery y Michael Kein y después a través del relato escrito. Es una
historia que me ha emocionado, que me ha transportado, que me ha hecho vivir
otras vidas e interesarme por un momento histórico muy alejado del mío. Es una
historia que, sobre todo, me ha hecho prestar más atención a la voluntad con la
que debemos afrontar la vida, a la cultura y lo desconocido que nos rodea
siempre, al amor por el que debemos luchar cada segundo de nuestras vidas,
aunque sobre todo… a la amistad. Me ha hecho prestar atención a todas estas
cosas porque bajo ningún concepto quiero yo perderme una aventura como esta.
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